Orientada para niños de 3 a 5 años, es una materia activa y participativa.
Así, viven la música y la comprenderán desde el movimiento, los juegos, los bailes y el aprendizaje de las técnicas instrumentales a través de la manipulación, sacando el mayor rendimiento de ellos observando y manejándolos.
Además, se trabaja la comprensión del lenguaje musical a través de la grafía no convencional, siguiendo partituras divertidas que dirigirán a su vez, convirtiéndose en pequeños directores.
La metodología que se empleará principalmente será la ludicidad.
Para un niño, la mejor manera de aprender es jugando y, si a eso le sumamos que la materia impartida es la música, nos encontraremos con un infinito abanico de posibilidades a la hora de realizar ejercicios y actividades.
Por otro lado, y siempre teniendo en cuenta el juego, el descubrimiento guiado tendrá gran importancia en las clases. Lo que el niño aprende por sí mismo y siempre bajo la supervisión del profesor, quedará más firmemente afianzado en la mente del alumno.
En definitiva, mostrar que estamos rodeados de música, sorprender, divertir, descubrir, enseñar y, sobre todo, inculcar en los niños la pasión por la música.